domingo, 21 de febrero de 2016

Vamos a gritar.

Me he recogido el pelo
para ir a buscarte,
sabiendo que me ibas a buscar,
que me ibas a despeinar
y, al fin y al cabo,
que me ibas a amar.

Tengo tantas cosas que decir
que no digo nada.
Para que las palabras no se pisen,
sino que me pises tú
con tu poca arritmia
(y la mía,
valga la redundancia)
mientras la canción suena;
mientras todos bailan.

Teníamos tantas ganas
de perder
la conciencia,
que lo perdimos todo
salvo ella.

Aunque yo me siento un poco perdida
cuando estoy sin ti.
Aunque me pierdo bastante
cuando estoy junto a tu cuerpo desnudo.

Me has susurrado
cosas que deberíamos gritar,
y hemos gritado
cosas que deberíamos callar.

El corazón me dice
que grite a los seis vientos
- y no cuatro -
que la única verdad
de este mundo
es que eres la perfecta
sintonía
con la que me quiero despertar
cada día.

Que la Tierra me escuche
si le da la gana,
y sino
que lo hago también
porque voy a gritar tan fuerte
que la vida
es más bonita contigo
que sin ti
que el mundo va a temblar
ante nuestros pies,
tanto como yo tiemblo
ante tus ojos.

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