lunes, 29 de febrero de 2016

Gritemos revolución.

Gritemos revolución
mientras todos los cobardes
callan.

Gritemos histéricamente
y que nos llamen locos,
sin saber que los locos
siempre fueron los mejores.

Hablemos de lo desconocido,
de versos escondidos,
de mentiras ocultas,
de pinturas abstractas,
de innovadoras poetisas,
de tiempos nuevos.

Gritemos que el poder
nunca fue arte
y que el arte
nunca fue por dinero.

Hablemos de lo de todos los días,
de que los ladrones
no son siempre
los que roban.

Gritemos libertad,
y subrayemos de expresión.

Hagamos cosas diferentes,
para hacer diferentes las cosas.
Hagamos que los ricos sollozen,
mientras los pobres se bañan con risas
(que son más poderosas que el dinero).

Hablemos de cultura,
de música no machista
y de todo lo que no llega
a la televisión.

De los que pagan,
y de los que no.
Démonos cuenta
que los que más dinero pueden dar,
no quieren pagar;
y los que menos pueden dar,
sienten obligación de pagar.
Qué ironía.

Contemos historias de verdad,
y no los cuentos
de la televisión.
Hagamos fuerte
las palabras
y débiles
los puños.

Interrumpamos al profesor
porque el estudiante está hablando,
y digamos que las verdades
que nos muestran
no son siempre de verdad.

Pintemonos de colores
los pechos desnudos
y escribamos versos
con grafiti en los ayuntamientos.

Pidamos libertad,
y quitemonos las esposas.
Dejemos la ignorancia
y construyamos la inteligencia.
Rompamos paredes
y creamos esperanzas
entre ruinas.

Gritemos revolución
y hagamos guerra
para construir la paz.
Míremos hacia delante
y dejemos el atrás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario