martes, 14 de marzo de 2017

Moriremos igualmente

Ojalá pudiésemos volver a encontrarnos.
Pero nuestros cuerpos están tan lejos
que ni siquiera el humo de mi cigarro
puede llegar hasta tu piel
y entrar en tus pulmones
para que la próxima vez que suspires
tu cálido aliento guarde mi olor.

Pero ambos sabemos que eso no va a pasar.
Hace mucho que nos dejamos de contemplar los rostros
en la pupila del otro,
que pintabas mi cuerpo de colores,
que alojabas entre tus labios
palabras que nunca he vuelto a escuchar
porque nadie puede alcanzar
la belleza de tu lenguaje
y la espontaneidad con la que susurrabas poemas.

Ahora empiezo a recordar.
En mi mente aparece la imagen
de tus manos sujetando las mías,
de todo tu cuerpo impulsando el mío hacia el cielo.
Recuerdo que decías
''Hoy vamos a volar''
como si no lo hiciera yo todos los días
cuando veía tu sonrisa
entre la multitud.
Gritabas ''te quiero'' y yo te tapaba la boca
y te contaba que todos mis vecinos
nos iban a escuchar.
Y tu, con tu destacado sentido del humor,
añadías el ''queriéndonos'' al lado del escuchar.

Tengo miles de corazones
pintados en mis calcetines,
en mi colcha,
en mis pantalones,
en mis bragas
y en mi camiseta,
y todavía no he conseguido hallar el mío.
Creo que te lo llevaste
el día que decidiste dejarme.
Creo que te lo llevaste
junto con mi calor corporal.

Desde que no tengo tus labios
junto a los míos,
están más fríos.
La casa está acosada
por un viento gélido
y he abandonado mi lema del
''no fumes, vive''
por el
''fuma, vamos a morir igual''.

¿Por qué te fuiste?
Ojalá no lo hubieses hecho
porque ahora estoy rota por dentro
y los pedazos los llevo guardados en una mochila
para recordar que algún día
hay que recomponer el puzzle.
''No tengo tiempo'' - me repito en mi cabeza -
''La mayoría del tiempo lo paso
leyendo poemas antiguos
esperando a que algún día vengas
y me digas que me sigues recordando
y que me sigues amando
como el primer día''.

Para qué mentirte.
Voy a fumar,
porque total,
vamos a morir igualmente.