domingo, 31 de enero de 2016

Voy a beber un poco, porque mis labios siguen sabiendo a ti

Estoy demasiado cansada,
y tengo el estómago lleno de palabras
que necesito vomitar en este folio en blanco.
Siento un gran mareo por todo lo que estoy haciendo,
y me estoy desorientando porque mi único destino eran tus labios correspondidos
y ahora sé que lo único que quieres es placer; no más.

Sé que no está bien,
conozco tus intenciones,
pero me he tirado al mar tantas veces
por el marrón intenso de las rocas que se hallaban abajo
que ya no sé diferenciar entre locura y amor,
entre lo correcto y tú.

Soy gilipollas porque lo pensé mucho,
y lo quise aún más
y ahora que lo tengo en mis manos
me echo hacia atrás.
Pero es que todo me da miedo si lleva tu nombre,
porque sigues siendo el terremoto que me va a destrozar el corazón
y yo sigo siendo el suelo desquebrajado
que va a acabar roto.

No sé como lo voy a superar.
Sé que después del placer,
llega la tormenta;
el amor nunca me lo ha puesto muy fácil
y por ello conozco los trucos que guarda(s) bajo la manga.
Cuando todo esto ocurra,
tú pasarás de mí porque sólo he sido usada y tirada
y yo me introduciré en tus labios otra vez porque yo, como siempre, no te he usado;
te he querido.

Lo admito.
Voy a beber un poco,
porque mis labios
siguen sabiendo a ti.
Y tal vez a fumar,
porque tu olor
se ha quedado impregnado en mi ropa
y prefiero el tabaco
que me da menos adicción que tú
y tu espalda desnuda.

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