martes, 5 de abril de 2016

Estoy harta.

Estoy harta.
Estoy harta
de escuchar mentiras
y es más:
de lamer hipocresía.

Estoy harta
de no hallar verdades
en boca ajena
y de buscar
placeres
en las exquisiteces
del banquete
del gobierno ''progresista''.

Estoy harta
de gritar
y no ser escuchada,
de cantar utopías
y que nadie cante conmigo.

Estoy harta
de ser
lo que dicen que soy.
Que obviamente
no soy.

Estoy harta
de llevar etiquetas
puestas
por una sociedad antiprogresista.

Estoy harta
de besar
y querer más.

Estoy harta
de las desconfianzas
y de esos vasos de alcohol
que nunca terminan.

Estoy harta
de celebrar
cuando no hay nada que celebrar.

Estoy harta
de los buenos días
y de las buenas noches.
Nadie me ha dado un beso todavía.
Que hablamos de cariño,
pero llevo ya diez días
y tres horas
metida en esta burbuja
y sólo escucho demagogias
de unos labios de marfil.

Estoy harta
de no ser atendida
con urgencia
cuando tengo el corazón hecho arañazos
y unas lágrimas
que antes no sollozaban así.

Estoy harta
de caer
y recaer
en los mismos errores.

Estoy harta
de las ilusiones,
de la lotería,
de los amuletos
y de usar antes la suerte
que la razón.

Estoy harta
de vivir entre llantos
desconsolados
y sonrisas que defraudan.

Estoy harta
de mí misma
y de mis versos.

Estoy harta
de mí
y es más:
de ti.

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